En una época donde la industria del bienestar sexual estaba dominada por hombres y los sex shops se veían como lugares prohibidos o profanos, Betty Sellers se atrevió a desafiar la norma asumiendo riesgos y enfrentando los prejuicios de la sociedad para convertirse en la primera mujer en abrir un sex shop en el Ecuador y con ello, una invitada VIP a shows y seminarios de la industria del bienestar sexual para luego conquistar también el mercado de Estados Unidos.

Si los juguetes sexuales hablaran es una historia de coraje y determinación, de cómo una mujer luchó contra la corriente e incluyó para siempre el rostro femenino en una industria dominada por hombres.